El
gofio fue el alimento básico del pueblo
guanche, denominándose en Tenerife
Ahoren y utilizándose en Gran Canaria la palabra que ha subsistido hasta nuestros días. Este alimento se consumía mucho antes de la llegada de los primeros colonos europeos a las
Islas Canarias, aunque por aquel entonces sólo se conocía la
cebada y también de rizoma (raíz) de
helecho. Posteriormente se incorporaron nuevos ingredientes, como el
centeno, el
trigo, y
maíz (conocido como
millo en Canarias y que fue traído de América). El
gofio es una mezcla de granos tostados y molidos a la piedra al que se le añade una pizca de sal. En los difíciles tiempos de la
posguerra el
gofio fue, por su riqueza vitamínica y alimentaria, base del sustento del pueblo canario. En los barcos clandestinos que después de la
posguerra salían de
Canarias, la provisión indispensable era el
gofio, ya que podía conservarse durante mucho tiempo en buenas condiciones si se lo disponía al abrigo de la humedad. El
gofio es un alimento de gran riqueza, ya que contiene
vitaminas,
proteínas,
fibras y varios
minerales indispensables para la dieta diaria. Otro aspecto a tener en cuenta, sobre todo para aquellos que no conocen el
gofio, es que éste no contiene
colorantes ni conservantes. Hoy en día el
gofio es un elemento indispensable en la gastronomía del pueblo canario, aunque no es exclusivo a éste, ya que el
gofio está extendido por Sudamérica y África, siempre debido a la influencia de las Islas Canarias como nexo de unión entre continentes.